Introducción a «Sexualidades: represión, resistencia y cotidianidades»

El Laboratorio Iberoamericano para el Estudio Sociohistórico de las Sexualidades (LIESS) presenta su segundo libro publicado en la colección Sexualidades y Culturas de Aconcagua Libros. Una obra que vuelve a ser resultado del trabajo colectivo del LIESS con diversas instituciones iberoamericanas que proporcionaron recursos humanos y medios económicos para su realización. Desde el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España a través del Proyecto I+D+i FEM2011/27295, a la Secretaria Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (SENESCYT) del Gobierno de Ecuador, pasando por el apoyo inestimable de la Universidad de Cuenca (a partir de la Facultad de Psicología, la Facultad de Jurisprudencia, la Facultad de Filosofía, la DIUC y el Aula de Derechos Humanos), la Universidad Pablo de Olavide, la Universidad Andina Simón Bolivar de Quito, la Municipalidad de Cuenca, la Prefectura del Azuay, Silueta X y SENDAS. Instituciones que hicieron posible el II Congreso Internacional sobre Diversidad Sexual desarrollado en la ciudad de Cuenca del 26 al 29 de noviembre de 2014. Un encuentro que ha permitido la creación de un libro, en el que se recogen alguna de sus contribuciones, junto a otros textos que han sido incluidos, una vez que han pasado por un sistema de revisión, coordinado desde el Comité científico del Congreso con la ayuda de evaluadores externos.

Sexualidades: represión resistencia y cotidianidades, pretende ser una modesta contribución de un equipo de investigación internacional a la visualización de los estudios sobre sexualidad y género en el ámbito latinoamericano, en el que se combina el resultado de investigaciones de autores de indudable prestigio internacional, con trabajos de autores que recién inician su trayectoria investigadora. El resultado es un amplio abanico de textos con perspectivas teóricas, metodológicas y temáticas muy diversas, que tienen como leitmotiv dos ejes que se articulan en torno a las cotidianidades: la represión y la resistencia.

Aproximarnos a las cotidianidades significa reflexionar sobre la concreción de los derechos humanos en la vida de aquellos que son minorizados desde una realidad heteronormativa que requiere de la desviación precisamente para mantener una supuesta normalidad, a partir de la que se construyen y (con) forman cuerpos y normas, que deben ser disciplinados, castigados, protegidos, en definitiva reprimidos.

No es casual que este libro se inicie con una reflexión sobre la significación de los derechos humanos, partiendo de los contextos concretos, más allá de las grandes declaraciones de principios a partir de las que se legitiman la violación de los derechos humanos desde los propios derechos humanos. Así lo señalan Piedad Vásquez, Daisy Ayala y Natalia Cajamarca en Derechos humanos, diversidades y cotidianidad: reflexiones desde América Latina. Para Vásquez y Ayala los derechos humanos no pueden ser una realidad apriorística, sino un punto de llegada, que implica el diálogo intercultural, partiendo del carácter necesariamente incompleto de cualquier sistema cultural y de un elemento de especial interés en relación al análisis del género y la sexualidad: el carácter no homogéneo de ninguna cultura. Posiblemente la lucha de los disidentes sexuales no tiene sentido sin tener en cuenta otras luchas que visibilizan los mecanismos de opresión de las minorías étnicas, de las mujeres y los hombres que no se corresponden con los modelos dominantes y por supuesto sin tener en cuenta unas desigualdades económicas cada vez más “naturalizada” en función de un sistema económico, el neoliberalismo, que se ha convertido en la ideología incuestionable, a partir de la cual los ciudadanos se transforman en consumidores.

No es sencillo analizar un tema de una extrema complejidad, y aún lo es menos encontrar a autores que se atrevan a cuestionar nuestro contexto social de producción del conocimiento al poner nombre a lo innombrable y proponer nuevas aproximaciones.

El sacro santo mercado se ha transformado en la categoría a partir de la cual se legitiman nuevas formas de discriminación, al mismo tiempo que se visualizan nuevas identidades o incluso la posible disolución de las identidades sexuales. Es en el contexto de la sociedad industrial donde tal y como señala Oscar Guasch se forja nuestro sistema de control de gestión del deseo. Este autor en Cuerpo, género y sexualidad: políticas biológicas y diversidad sexual, analiza el proceso de reconocimiento de la diversidad sexual y la posterior crisis de las identidades sexuales, en función de un sistema que “culpa a las personas concretas de su supuesta falta de adaptación exitosa a los nuevos contextos eróticos. Y esto acontece tanto entre personas homosexuales, como entre heterosexuales, como entre personas transgénero”. Bien es cierto que este proceso no es unilineal a nivel global, y que las situaciones de partida en la que se encuentran los disidentes sexuales son diversas. De hecho como nos recuerda Guasch en este texto, las formas de vivenciar la sexualidad, deben ser entendidas también desde las propias biografías. Experiencias biográficas que nos ayudan a explicar las desiguales demandas y agendas de los diferentes grupos caracterizados como LGTBI, a partir de contextos concretos en los que los mecanismos de represión y resistencia toman cuerpo. En algunos casos los logros conseguidos han sido significativos, como así sucede fundamentalmente en el caso de los homosexuales hombres. En otros casos, queda mucho camino por andar, como es evidente en el caso de los estigmatizados transexuales o de los silenciados intersexuales e incluso en el caso de las formas de vivenciar el deseo y la sexualidad que ocuparían el último escalafón en cuanto a consideración social; este es el caso de la pederastia. No es sencillo analizar un tema de una extrema complejidad, y aún lo es menos encontrar a autores que se atrevan a cuestionar nuestro contexto social de producción del conocimiento al poner nombre a lo innombrable y proponer nuevas aproximaciones, como lo hace Miguel Ángel Ruiz Torres en Pedofilia y derechos sexuales. El problema del estilo erótico de vida.

Para Torres “la pedofilia es considerada en nuestra época una disidencia sexual inadmisible que ha quedado lejos de ser incluida en los derechos sexuales como un derecho a la diversidad sexual. Al contrario de lo que sucede con otras orientaciones sexuales, la pedofilia no cuenta con casi ninguna simpatía fuera de sus propios círculos, clandestinos y perseguidos”. A través del texto nos aproxima a la tensión que se establece entre el derecho a la vida erótica y los derechos de aquellos que se ven amenazados por relaciones de poder, dominación y por la propia mercantilización de la sexualidad. Una disyuntiva compleja que sólo puede resolverse, según el autor, a partir de un cambio en la propia significación de los roles de los niños, pero también de los roles sexuales de hombres y mujeres.

Los textos anteriores nos aproximan a un mundo de cambios y transformaciones, de avances y retrocesos, de voces y silencios. Un proceso de contradicciones que se pone en evidencia en el texto de Rafael Cáceres, Sexualidades bajo control: política, ciencia, religión y diversidad sexual. Este autor nos muestra cómo los avances conseguidos por los grupos LGTBI han provocado movimientos de reacción de especial interés. Desde las posturas ultraconservadoras que tienen como objetivo prioritario poner freno a la igualdad de derechos de aquellos que siguen siendo considerados como “enfermos” o “depravados”, a las posturas de las nuevas iglesias, que hacen proselitismo y acogen en su seno a los grupos LGTBI. Pero estas contradicciones que se evidencian en el discurso religioso, también se manifiestan de igual forma en el discurso de carácter político, que instrumentaliza habitualmente la temática LGTBI, bien para poner de manifiesto la decadencia social del sistema y la crisis de instituciones centrales en la reproducción social como son el matrimonio y la familia patriarcal que se reivindican como núcleos duros de la heteronormatividad; bien, para poner en evidencia la amenaza que suponen los países “salvajes” vinculados al islam, que amenazan los derechos de los grupos LGTBI, cuestionando, de paso, el papel de la migración en la “civilizada” Europa. Un análisis interesante en el que se pone en evidencia el carácter instrumental de los derechos de las minorías sexuales, que son enfrentados a los derechos de los migrantes, interpretados en clave de amenaza civilizatoria.

Las grandes religiones han construido una imagen de la mujer en función de aquel que representa la normalidad, el hombre, para el que fueron creadas todas las cosas.

Y es que la religión, como discurso interpretativo global, ha jugado un papel central en la reproducción de un imaginario social a partir del cual definimos lo que entendemos por amor, afecto, sexualidad, fidelidad… Más allá de nuestras creencias, la religión se ha asumido, en buena medida, como parte del sentido común a partir del cual seguimos visualizando cuerpos y prácticas sexuales más o menos correctas. Pedro A. Cantero en Pecadora o Mártir. De cómo fabricar la ocultación, analiza el papel jugado por la religión en la ocultación de la sexualidad, especialmente en el caso de las mujeres. Las grandes religiones han construido una imagen de la mujer en función de aquel que representa la normalidad, el hombre, para el que fueron creadas todas las cosas, incluidas las mujeres, a las que tiene libre acceso. Un hecho que nos ayuda a explicar la centralidad que adquiere la virginidad en las sociedades mediterráneas, que siguen el ideal esquizofrénico de una mujer que es virgen y madre a un tiempo. “Pureza de espíritu y de sentimiento implican estrechamente virginidad y siendo este don el más preciado, entraña ofrenda y sometimiento. Ofrenda a Dios y al marido. Elementos estos que contribuyen a fabricar la ocultación de la sexualidad en general y de la femenina en particular”. Y es que la religión, más allá del significado de ritos y cultos concretos, continúa siendo un discurso vivo y eficaz, con una enorme influencia no solo en nuestras cotidianidades sino también en el accionar político.

La influencia de las instituciones religiosas se pone en evidencia en una buena parte de los trabajos que componen esta obra, como así sucede en el caso del texto de Susana Rostagnol, que nos aproxima a la realidad uruguaya en Derechos sexuales en la vida cotidiana. Legislación y prácticas sociales en Uruguay. La autora aborda los importantes avances conseguidos por los movimientos de liberación sexual en el caso uruguayo, pero también los mecanismos de resistencia a estos cambios, sustentados habitualmente en el discurso religioso, lo que se pone especialmente de manifiesto en el sistema educativo, donde se presentan enormes problemas a la hora de incentivar formas democráticas inclusivas de reconocimiento de la diversidad sexual y genérica. Más allá de los grandes principios, es en la cotidianidad de las prácticas en las que se manifiestan mayores problemas para implementar unas demandas, que reivindican el libre ejercicio del derecho a la diferencia.

Es precisamente el análisis de algunas de estas demandas y problemas de investigación, los que servirán a Mario Pecheny para construir una reflexión desde el contexto sociopolítico e investigador de Argentina, en Reflexiones sobre la práctica de la investigación social sobre sexualidades y género en Argentina. A partir del análisis de hechos como “el aborto ilegal, el trabajo sexual y su confusión con la trata de personas con fines de explotación sexual, las cuestiones intersex y las dificultades de inclusión en la educación superior de sujetos trans” se nos plantea una propuesta reflexiva en “tres planos: político-social, académico-institucional, e investigativo-cognoscitivo”. A partir de estos niveles el autor reflexiona, entre otras cuestiones, sobre la distancia y el compromiso; las perspectivas académicas tradicionales o las dificultades de articulación con los planteamientos queer… En todo caso, para comprender el carácter de algunas de estas demandas en el caso argentino es preciso tener una mirada retrospectiva, como la que nos propone Mariana Cerviño y Mariana Palumbo en Hacia la gestación de un nuevo campo para la teoría social. La transición hacia la democracia y la conformación de los estudios sobre sexualidad. Un trabajo basado fundamentalmente en los testimonios de los investigadores latinoamericanos, a través de los que nos aproximamos a los factores sociopolíticos que posibilitaron la consolidación de la investigación de la sexualidad en Argentina.

El análisis del otro es la excusa para un cuestionamiento del nosotros, a partir de una propuesta que busca aprender del encuentro, derribando barreras difusas entre los cuerpos y sexualidades disidentes, y los supuestos cuerpos y sexualidades normalizados.

Si en el texto de Mariana Cerviño y Mariana Palumbo se abordan, entre otros aspectos, el papel jugado por los movimientos sociales en la potenciación de las investigaciones sobre la sexualidad. Amaranta Heredia Jaén en Una búsqueda transmaricabollera de las visiones sexuales de lxs (dis)capacitados en Grecia. Apuntes antropológicos basados en las teorías queer y crip, nos aproxima a otros movimientos sociales y planteamientos teóricos a partir de los que se pretende cuestionar la normalidad y las categorías clasificatorias, y por tanto identitarias en las que se sustentan. Los “apuntes” de Heredia son el resultado de una primera incursión en el trabajo de campo en Grecia. Más allá del debate sobre la significación de las teorías y movimientos queer, básicamente relacionado con la propuesta de las disoluciones identitarias, es central el papel de esta perspectiva teórica y de los propios movimientos sociales a la hora de cuestionar las normatividades y de imaginar nuevos mundos y nuevas relaciones. Heredia nos presenta, precisamente, una investigación en el que el análisis del otro es la excusa para un cuestionamiento del nosotros, a partir de una propuesta que busca aprender del encuentro, derribando barreras difusas entre los cuerpos y sexualidades disidentes, y los supuestos cuerpos y sexualidades normalizados. Lo que implica cuestionar las fronteras entre normalidad y anormalidad, desde una perspectiva en las que los investigadores se transforman también en actores, y en la que los “objetos” de investigación mudan a sujetos, lo que permite abordar nuevos ámbitos de investigación de una enorme complejidad o bien abordar viejos problemas desde nuevas perspectivas, como sucede, desde una mirada muy diferente, en el texto al que me referiré a continuación.

Nuria Cordero Ramos y Esperanza Jorge Barbuzano en Las narrativas creativas como herramienta metodológica en el trabajo de construcción de discursos con mujeres próximas a redes de trata de seres humanos para explotación sexual, abordan un tema que está de moda, a partir de la confusión premeditada que se genera en determinados ámbitos entre prostitución y trata, tal y como ya refería en su texto Mario Pecheny. Dónde comienza la prostitución y termina la trata nos llevaría a un debate que excede esta introducción, como incluso el cuestionamiento de unas categorías que tienden a mostrarse como ahistóricas, y que son aplicadas mecánicamente en diferentes contextos culturales, sin tener en cuenta la distinta significación de los intercambios sexuales. En todo caso, las autoras se adentran en la trata en Marruecos, desde una metodología que contempla la participación activa de las mujeres. Esta participación permite, a partir de sus voces, visibilizarlas no sólo como víctimas, un hecho de vital importancia en investigaciones que habitualmente objetivan/cosifican a estas mujeres, no reconociéndoles ninguna capacidad de agencia, negando el derecho a una palabra que cuando es escuchada, tal y como hacen las autoras, puede abrir caminos que ni siquiera habíamos imaginado.

La empatía, la capacidad de apropiarse del mundo desde la mirada del otro y el diálogo entre los informantes y los investigadores adquiere también un papel importante en el texto de Flor de María Gamboa y José Martín Alcalá Entre el travestismo y el transgenerismo: la euforia revolucionaria de lo indeterminado. Los autores, desde una perspectiva psicoanalítica, nos proponen un sugerente camino, que nos aproxima, a su vez, a las diferentes perspectivas psicoanalíticas y a su relación con los estudios feministas y de género, a partir de la historia de David; un hombre que se traviste en Gran Bretaña; definido por los autores, como un ser eufórico que no disfórico, “revolucionario por excelencia en la extranjería de la división sexual”. La historia de David servirá para cuestionar una realidad binaria, a partir precisamente de “lo indeterminado”. El carácter “fronterizo” del travesti, transexual y transgénero servirán para cuestionar las patrias del género y de las identidades sexuales y de género normativas.

La llegada al hospital de una transexual, procedente de la cárcel, sirve a las autoras para cuestionar y profundizar en los mecanismos represores de las instituciones que disciplinan los cuerpos disidentes.

Mucho se ha debatido en torno a la significación de la transexualidad, desde las perspectivas que señalan su carácter transgresor, a las que la entienden como una forma de reproducción de un sistema sexo-genérico de carácter binario. En todo caso son pocas las investigaciones preocupadas en dar voz a los propios transexuales, tal y como sucede en el texto al que hemos hecho referencia, o en el texto que comentaremos a continuación. En “Ella, por favor”. La victimización de la “diferencia sexual”: percepciones, representaciones y decisiones desde la cárcel y el hospital. Un caso de exclusión, Gladys Mendoza y Catalina Mendoza reflexionan precisamente sobre el estigma, especialmente fuerte, que recae en los transexuales, en un mundo pensado en clave binaria. La llegada al hospital de una transexual, procedente de la cárcel, sirve a las autoras para cuestionar y profundizar en los mecanismos represores de las instituciones que disciplinan los cuerpos disidentes. Unos cuerpos que generan confusión en un sistema pensado en clave geométrica, en el que no es posible una diversidad que acaba siempre siendo penalizada.

Es nuevamente el cuerpo, en femenino, el que merece una espacial atención en el trabajo de Gladys Eskola Torres, Gloria Reino Díaz, Gladys Patiño Villalva, Rosa Minchala Urgilés, Libia Ortega Campoverde, Cuerpos disciplinados y cuerpos diversos: la construcción social del cuerpo y el trabajo del cuidado. Las autoras se centran en la construcción de los cuerpos de las enfermeras, vinculados con un mundo femenino leído en clave subalterna “a partir del concepto de disciplina como nueva tecnología de control y sujeción del cuerpo aplicada por la familia, la escuela y el hospital”. Una interesante reflexión construida a partir de los micro-relatos de unas mujeres que realizan una labor de vital importancia, menospreciada en función de su carácter femenino, y de su asociación al ámbito de “lo doméstico” y “lo privado”.

María José Machado, se centrará, a su vez, en la representación de las mujeres políticas ecuatorianas, en Imágenes y estereotipos en la representación de las mujeres políticas ecuatorianas. Machado analiza la evolución histórica de la participación política de las mujeres en Ecuador y evidenciando los importantes logros conseguidos en este ámbito, pero también las dificultades para la participación en un contexto fuertemente masculinizado, lo que se pone de manifiesto en la representación de las mujeres políticas, a través de nociones como “virtud” o “belleza”, que condicionan el quehacer de estas mujeres, dificultando su ascenso en un mundo pensado fundamentalmente por y para hombres. Y serán precisamente los hombres, los que centrarán la reflexión de los cuatro trabajos que presentamos a continuación.

Si las mujeres han sido ignoradas por no tener “el cuerpo adecuado”, los hombres concretos han quedado ocultos por la imagen genérica que en teoría los representaba.

Juan Blanco en Hombres y feminismos. ¿Los hombres bajo sospecha? Divergencias y convergencias entre discursos y prácticas en la perspectiva de género, nos aproxima a los mecanismos de dominación de la masculinidad. Una dominación que se pone de manifiesto en relación a las mujeres pero que actúa también en los propios hombres, que no se corresponden con el modelo de masculinidad dominante. Tal y como señala el autor “si las mujeres han sido ignoradas por no tener “el cuerpo adecuado”, los hombres concretos han quedado ocultos por la imagen genérica que en teoría los representaba”. Una idea que permite al autor analizar el papel de los dominantes dominados y la reproducción de una identidad que tal y como nos indica Alejandra Salguero en Masculinidad, sexualidad y reproducción como procesos relacionales de género en la articulación de identidades, debe ser constantemente negociada en función de los distintos procesos de interacción y de los papeles diversos que deben cumplir los hombres como padres, hijos, compañeros o amantes. Una mirada que nos proporciona herramientas para interpretar la acción concreta de los hombres, más allá de los discursos homogeneizadores de la masculinidad, poniendo de relieve su carácter contexual, en función de los diferentes momentos vitales y por tanto de los distintos escenarios.

María del Pilar Guzmán Paredes analiza, a su vez, a la construcción del modelo de masculinidad dominante, dando a conocer los resultados de 150 encuestas realizadas a varones andinos comprendidos entre 19 y 60 años, en el texto Estudio preliminar sobre las masculinidades en el Ecuador. La construcción social e individual de los hombres ecuatorianos serranos agresores en los procesos de violencia de género. Los resultados de este estudio exploratorio ponen en evidencia algunos cambios en el modelo dominante, pero también la pervivencia de valores asociados a la masculinidad hegemónica, fuertemente marcada por autoconcepciones del hombre que están en la base de las desigualdades de género y que en último término contribuyen a una violencia, que debe ser buscada precisamente en las normas sociales y en el modelo normativo de masculinidad. Una masculinidad que se representa, reproduce y construye en diferentes ámbitos, como se explicita en el texto: Identidad barrista. Una expresión de masculinidad, escrito por Gina Constanza Cediel Jiménez, Francy Victoria Vélez Hernández y Andrea Hernández Quirama. Las autoras se adentran en un mundo eminentemente masculino, como es el del fútbol en general y el de las barras en particular. La noción de aguante se convierte en el eje central de una investigación que tiene como objetivo analizar los contextos de reproducción de las identidades masculinas.

La potencialidad subversiva del arte y su capacidad para representar y construir mundos de significación, pero también para enfrentarse a los mecanismos represores a partir de nuevas formas de mirar, entender y subvertir los propios cuerpos.

Si en los anteriores textos nos aproximamos, de una u otra forma, a los cuerpos vividos, en los textos siguientes nos aproximaremos a los cuerpos representados en diferentes expresiones artísticas. Assumpta Sabuco analiza las representaciones corporales a partir de la obra de una artista andaluza: Pilar Albarracín, para así “ofrecer un marco de reflexión glocalizado sobre las posibilidades de transformación social que implica la creación y significación del arte desde el cuerpo”. Un apasionante recorrido que pone de manifiesto la potencialidad subversiva del arte y su capacidad para representar y construir mundos de significación, pero también para enfrentarse a los mecanismos represores a partir de nuevas formas de mirar, entender y subvertir los propios cuerpos. Y es que las manifestaciones artísticas pueden ser una forma de denuncia tal y como nos recuerdan José Sarzi y Leonor Taiano en La marginación del homosexual en el sistema igualitario cubano: consideraciones sobre Antes de que Anocheza y el Mundo Alucinante de Reinaldo Arenas. Los autores analizan dos obras del genial Reinaldo Arenas, con un claro componente biográfico, a través de “un análisis histórico-cultural”. Reinaldo Arenas encarna para los autores la imagen del contrahéroe de la revolución cubana: el homosexual, en tanto que se contrapone a “un modelo patriarcal, fuerte, hiperviril”, que sustentó una revolución en la que los disidentes sexuales no tenían cabida y a los que se persiguió sistemáticamente.

El tercer texto que toma como ámbito referencia las expresiones artísticas y culturales es Activismo sexual y posiciones de ruptura en el cambio intelectual de Buenos Aires en la postdictadura: el caso de la revista Sodoma, firmado por Mariana Palumbo. En este trabajo se nos aproxima “al llamado under de la ciudad de Buenos Aires”, en la década de los ochenta, entendido como una “manifestación cultural del activismo sexual”. Para ello se exploran las revistas de la época, entre otras la emblemática revista Sodoma.

El cuarto capítulo que se centra en las manifestaciones artísticas es el de Melissa Barbieri, Brisa Queiroz y Miriam Pillar Grossi, que nos proponen un viaje por dos obras cinematográficas en Crianças trans: uma análise dos filmes ma vie en Rose e Tomboy á luz da legislação brasileria. El análisis de ambas películas permite a las autoras analizar “la construcción binaria y cultural de los géneros masculino y femenino” poniendo en evidencia las contradicciones y conflictos generados en los cuerpos de los niños trans. Una original aproximación que permite repensar desde el mundo imaginario de la ficción, el imaginario de una realidad que tiene serias dificultades para asumir, en clave de derechos, los derechos negados de los transexuales, y más aún de los niños trans.

La migración supone habitualmente un cambio en la significación de los cuerpos y las sexualidades, a partir de las vivencias de un nuevo contexto, en el que se quiebran o replantean relaciones previas o en el que se generan nuevas relaciones sexuales y/o afectivas.

No es extraño que los cuerpos, las situaciones y los ámbitos que de forma genérica podríamos considerar como “fronterizos” merezcan una especial atención por parte de los investigadores del género y la sexualidad. Oscar Misael en Sexualidades transnacionales. Varones y migrantes en Estados Unidos y México, realiza una revisión teórica en relación a lo que se define como sexualidades transnacionales, en este caso, a partir de las investigaciones realizadas en la frontera entre Estados Unidos y México. La migración supone habitualmente un cambio en la significación de los cuerpos y las sexualidades, a partir de las vivencias de un nuevo contexto, en el que se quiebran o replantean relaciones previas o en el que se generan nuevas relaciones sexuales y/o afectivas. Desconfianzas, miedos, posibilidades… acompañan un tránsito, que puede ser también un tránsito sexual, a partir del que se redefine el sistema de género y las sexualidades de los hombres y las mujeres, abriéndose así nuevas posibilidades de encuentro.

Si la migración se articula con la sexualidad y el género en el trabajo de Oscar Misael, igualmente sucede en el caso del texto de Jair Eduardo Restrepo Migración Sexual. Estrategias migratorias de los varones homosexuales y bisexuales colombianos, y en el análisis de Joseph Rodrigo Mejía Cerrando el pasado, abriendo el futuro: migraciones trans colombiana a Italia. Restrepo, a partir de su investigación sobre el terreno, se centra en las distintas estrategias de las migraciones sexuales de los colombianos en España, recordándonos el carácter heterogéneo y plural de estos procesos, marcados por algunas recurrencias, como la necesidad de escapar a unos mecanismos de control, que penalizan en los contextos de origen las sexualidades disidentes, que en cierta medida siguen actuando en las sociedades receptoras. De hecho, la familia de origen o la presencia de algunos familiares en la sociedad de acogida marcan, en buena medida, las estrategias de los migrantes sexuales, que habitualmente manejan diferentes registros para relacionarse en ambos contextos. A su vez, Joseph Mejía aborda el fenómeno de la migración, en este caso de transexuales colombianas a Italia, a partir de la historia de vida de Denisse, una transexual colombiana que migró en 1993. El autor analiza cómo se negocia y reconfigura la identidad de género en un contexto cultural marcado por la “hipersexualización de lo latino” y la “hiperfeminización del cuerpo distinto”. Asimismo, evidencia el papel que tiene la consolidación de nuevos vínculos sociales y del valor simbólico del dinero en dicha identidad.

Finalizamos esta introducción con cinco textos que refieren a un ámbito central en la reproducción de la realidad heternormativa, como es el educativo, y que enlazan con los ejes que articulan esta compilación: la cotidianidad, la represión y la resistencia. El primero de ellos es el texto de Lúcia Aulete Burigo Sousa y Mareli Eliane Graupe, Gênero e educação: uma análise sobre as políticas públicas de educação na cidade de Lages/Brasil. Las autoras abordan las políticas públicas educacionales en materia de género “que se fundamentan en la idea de que tratar o hablar sobre género implica exclusivamente discutir sobre sexualidades y diferencias entre femenino y masculino”. Una aproximación cuestionada ya que el abordaje del género debe implicar “discutir con profesores y profesoras, alumnos y alumnas y con la comunidad escolar sobre la resignificación de valores y símbolos en pro de la deconstrucción de la jerarquía entre los sexos (…)”. A su vez, en Homossexualidade e bissexualidade na escola: diferentes olhares, Mareil Eliane Graupe y Josaline Antunes Pereira nos aproximan al tratamiento de la homosexualidad y la bisexualidad en una escuela de la ciudad de Lages (Brasil), poniendo en evidencia dos aspectos realmente importantes. El primero, es que la disidencia sexual es una de las principales causas de acoso escolar tanto entre alumnos como entre profesores. El segundo, son las dificultades de los docentes para abordar una temática en la que no se sienten preparados.

Tânia Welter en Reflexões sobre os impactos da formação em gênero e sexualidade entre estudantes e profissionais da educação em Santa Catarina, Brasil, analiza el campo de la intervención, que tiene como objetivo contribuir a modificar valores y prejuicios en los ámbitos educativos. Unos ámbitos que, como manifiesta la autora, tienen un carácter contradictorio, en cuanto que, por un lado, permiten el encuentro y la aproximación con realidades diversas, pero que al mismo tiempo contribuyen a la reproducción de las desigualdades, por lo que es especialmente necesario implementar medidas de investigación/ acción que contribuyan a conocer y modificar la situación de los contextos educativos. Y es que tal y como nos recuerda Adriana Montenegro en Cuando no entendemos lo que vemos: ser trans y poder (re) identificarse en la escuela, las instituciones escolares no han sido capaces de integrar lo diverso, lo que se ha traducido, tal y como pone de manifiesto su trabajo, en la habitual expulsión de los trans del propio sistema educativo.

El presente texto reproduce la introducción al libro «Sexualidades: represión, resistencia y cotidianidades», editado en 2016 por Aconcagua dentro de la colección Sexualidades y Culturas. En la sección de documentos se ofrece acceso al texto íntegro del primer número de esta serie, publicado en 2013 bajo el título «Estudios sobre diversidad sexual en Iberoamérica».

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